El interior de los armarios que sirven para guardar la ropa tienen que organizarse y distribuirse para que resulte práctico colocar o encontrar las prendas que se deseen. Conviene tener en cuenta que no todas las prendas necesitan el mismo fondo. Por lo general, se precisan 60 cm para los abrigos, chaquetas y camisas, mientras que los juraseis necesitan sólo 35 m de fondo. Un armario con demasiado fondo es causa siempre de cierto desorden.
La ropa de diario debe colocarse muy a mano, a una altura entre 60 y 150 cm, para que resulte cómodo localizarla. Puede ser útil aprovechar también la parte alta del armario, antes reservada como altillo. Para ello, existen unas barras abatibles que permiten tener una cómoda con accesibilidad. Estas barras tienen un dispositivo elevador hidráulico que facilita su descenso hasta una altura que resulte cómoda. Se trata, pues, de un accesorio muy útil para el aprovechamiento máximo de los armarios altos.
Hay tres elementos que no pueden faltar en un armario: las barras para colgar la ropa, los cajones, que ocupan mucho espacio pero que son básicos para las prendas pequeñas, y los estantes para la ropa plegada. Aunque los cajones son imprescindibles, no es necesaria una cajonera grande, pero sí es importante disponer de una buena variedad de tamaños. Los cajones más prácticos y más cómodos son los que van sobre guías telescópias, puesto que se abren y cierran con mucha facilidad. También hay cajones que llevan separadores que permiten clasificar la ropa interior con gran facilidad.
Algunos cajones tienen su parte frontal de cristal, lo cual permite saber lo que hay dentro sin necesidad de abrirlos. Un accesorio muy práctico en un armario es un colgador exstraíble para poder colocar los cinturones o las corbatas. Puede instalarse en un módulo largo o delante de un estante estrecho.
Otros elementos también fundamentales son los estantes,que, colocados a distintas alturas, sirven para guardar diferentes cosas. Así, los que están en la parte más alta del armario sirven para colocar los objetos menos usuales, como maletas o mantas, por ejemplo, mientras que los que están situados a una altura más accesible servirán para la ropa plegada de uso diario; finalmente, los estantes de la parte inferior pueden usarse como zapatero o para la ropa plegada que no se usa a diario.
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